El proyecto de Marcelo Brodsky ofrece una narrativa subjetiva en la que la fotografía actúa como memoria.Comprometido con la lucha por defender causas sociales estrictamente relacionadas con los derechos de la humanidad, su trabajo se relaciona en gran parte con situaciones inherentes a la violencia en los tiempos de dictadura militar en la Argentina (1976-1983), la persecución y desaparición de ciudadanos, haciendo eco en el panorama internacional, representando a las voces de los pueblos que denuncian el terrorismo de Estado organizado en cualquier territorio. La fotografía en su obra es un testigo, una suerte de “servicio documental” al ser trabajadas combinando material de archivo y documentación que el artista inscribe sobre las imágenes condensando experiencias traumáticas, vestigios de vivencias ligadas al horror y el exilio. Marcas, notas, colores, el tono lacónico, archivístico, de la información alude al discurso impersonal de la historia; la caligrafía, desprolija y urgida, invaden las fotografías señalando, destacando, acentuando las faltas, los vacios provocados por aquellos que ya no están, o los reclamos de una sociedad. Su trabajo construye memoria en el tiempo, un puente invisible el cual con sus grafismos, conecta décadas y desafía al olvido revelando la presencia de los cuerpos silenciosos que hablan desde un pasado no muy lejano. Al trasponer materiales vernáculos familiares y el testimonio personal en la esfera pública, el artista otorga una oportunidad para que otros puedan identificarse y conmoverse, permitiendo la comprensión de sucesos lejanos. Al regresar de su exilio en España, Brodsky utilizó fotografías familiares como punto de partida para un cuerpo de obras que tratan de comunicar el trauma de la experiencia vivida. El artista se posiciona desde una experiencia personal para invitar al espectador a conmoverse, identificarse, generar empatía con el otro y crear un espacio común de reflexión donde las memorias individuales puedan convertirse en colectivas. Su obra se despliega en múltiples soportes dentro de las artes visuales y las publicaciones editoriales donde la imagen se activa como documento haciendo difusos los límites entre lo artístico, el trabajo de archivo, los videos, las instalaciones, entre otros. Brodsky explora la capacidad de la fotografía para proporcionar un espacio de meditación entre la memoria privada y las historias colectivas. Es gracias a su absoluto conocimiento del uso del poder de las imágenes, y de la palabra, que Marcelo Brodsky logra a través de sus obras transmitir un mensaje que nos compromete como individuos políticos.