Ana Teresa Barboza: Historias Entretejidas
Curadora Irene Gelfman
La obra de Ana Teresa Barboza (Lima, 1981) invita a tocarla y descubrir sus diferentes texturas: hilos de algodón, lanas, piedras, juncos. Sus colores, materiales y formas remiten a los textiles antiguos del Perú, que narran la estrecha relación entre las comunidades locales y su entorno natural.
Esta obra es una de las incluidas en la exposición Tejer las piedras, su primera exposición individual en la Argentina. En su trabajo es fundamental la observación del paisaje y el interés por la naturaleza y sus accidentes, pero también el respeto por las relaciones sociales de red, que refieren a su quehacer textil y a los vínculos comunitarios implícitos en los materiales destinados a sus piezas. En sus tejidos y bordados se plasman las memorias familiares y culturales de las comunidades con las cuales trabaja, ya sea en la franja costera del Perú (especialmente el humedal El Paraíso) o en su zona andina.
Barboza no pretende puntadas perfectas ni mostrar imágenes de postal, sino dar lugar a las derivaciones del paisaje que se expresan a través de un uso inusual de los materiales: mapas hidrológicos utilizados como base de los tejidos (que dan cuenta del agua que ya no está), piedras que “respiran” hilos, fotografías que se traman con tapices. El medio ambiente también está presente en su particular relación con lo inacabado: las obras, como la naturaleza, están siempre en proceso y pueden cambiar.
En el tapiz y el bordado, Ana Teresa Barboza explora prácticas antiguas para recuperarlas, por un lado, en su dimensión solitaria, privada y reflexiva; y por otro, como prácticas colectivas, comunitarias y sostenidas en un modo de habitar el territorio y sus tradiciones.
Ana Teresa Barboza
Lima, Perú — 1981
Ana Teresa Barboza utiliza el tejido y otras técnicas artesanales tradicionales para ofrecer al espectador una reflexión meditativa y poderosa sobre aquello que la rodea. En un comienzo, su obra se centró en la conciencia del cuerpo humano, representándolo como una estructura segmentada y recompuesta, intervenida mediante costura y bordado para reflexionar sobre su relación con los demás.
Posteriormente, su mirada se desplazó hacia su entorno, enfocándose en los vínculos que la conectan con otras personas. Su trabajo tomó entonces un cariz más social, abriéndose a reflexiones sobre la transformación de la naturaleza y la relación entre los seres humanos y el mundo natural. Para ello, utiliza el bordado y el tejido como un paralelo entre el trabajo manual y los procesos naturales, creando estructuras de hilo semejantes a las que podría formar una planta, por ejemplo. En algunas obras, simula experimentos que buscan recomponer la naturaleza en un nuevo orden, invitándonos a mirarla de otra manera.
En su práctica actual, busca reaprender del trabajo de los artesanos para restablecer el contacto con los procesos manuales y corporales a través de los cuales se han configurado el patrimonio, la cultura y las imágenes, revelando las huellas que tanto el cuerpo como la naturaleza dejan sobre ellos.
Graduada de la Facultad de Arte, ha participado en exposiciones individuales y colectivas en Sudamérica, Norteamérica y Europa, y ha realizado estudios y residencias en París, Taipéi, Ginebra, Lima y España. Fue seleccionada para participar en la Bienal de Paiz (Guatemala), la Bienal de Sídney (Australia), la Bienal de Cuenca (Ecuador) y la Bienal de Helsinki (Finlandia), y realizó una muestra individual en el MALBA — Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.
